Los mejores vinos Mendoza de Argentina

Las cifras hablan por sí solas: en Argentina, el cultivo de la malbec se ha extendido hasta superar las 46.300 hectáreas, lo que representa el 23.8% del total del viñedo consagrado a la viticultura nacional, y también el 40,3% de la superficie que corresponde a las uvas tintas. Con estos números, la malbec es, con mucha diferencia, la variedad de uva más cultivada en la geografía del país que ocupa el séptimo lugar del ranking mundial entre los mayores productores del mundo.

Además, la pasión por los vinos argentinos malbec -con denominación de origen de Argentina- elaborados con esta uva, que no decae, sumada a la creciente demanda internacional, ha provocado un considerable incremento de la superficie de la plantación en los últimos 20 años: 168% según las recientes estadísticas (período 2001-2021). 

El malbec como bandera del vino de Mendoza

Aunque hay que conocer Argentina, a los argentinos y su idiosincrasia para comprender que los vinos malbec, mucho más que un tipo de vino o una variedad, es una bandera. Un símbolo de identidad nacional, que más allá de las marcas de vino, los diferentes estilos y expresiones organolépticas, representa al país allí donde se descorche una botella de vino Mendoza.

Los argentinos han incorporado a la malbec a su singular santuario de símbolos nacionales aun cuando su origen es francés. Lo cual no resulta excepcional, en un país con cultura de inmigrantes. Al fin y al cabo, la malbec viene a ser como Carlos Gardel, la leyenda mayor del tango: ambos nacieron en Francia y se consagraron en Argentina para luego triunfar en el mundo. Hoy, tanto el cantante como la variedad de uva de los vinos de Mendoza se consideran tan argentinos como los goles de Messi o el dulce de leche.

La malbec y la leyenda del tango

El paralelismo entre una figura del tango y una variedad de uva puede parecer absurdo, pero en este caso coincide en otro punto, porque en ambos casos, antes de la gloria hubo una escala previa. Gardel, que nació en Toulouse, pasó su infancia en Uruguay –según afirman algunos de sus biógrafos– antes de cruzar el Río de la Plata para entonar la voz y convertirse en el "zorzal criollo"; mientras que la malbec, originaria de Cahors –comuna del sudoeste de Francia– saltó a Burdeos, donde nutrió los eminentes châteaux de esta noble región antes de que la epidemia de la filoxera arrasara los diferentes tipos de viñedos europeos. Eso sucedió a finales del siglo XIX. Y cuando llegó la hora de replantar el viñedo bordelés, ya nadie la tuvo en cuenta.

El potencial de la malbec en vinos mendoza

Pero el destino quiso que, en 1853 ––quince años antes de la llegada de la filoxera al viñedo de Burdeos– el ingeniero agrónomo francés Michel Aimé Pouget llegara a Mendoza, con el propósito de dinamizar la producción vinícola en la región argentina de Cuyo. Se trataba de un encargo oficial del gobierno argentino, que intuía el potencial vinícola de la zona y quería estudiar la introducción de variedades nobles francesas.

Monsieur Pouget trajo consigo unas cuantas, la malbec entre ellas, que se adaptó muy bien a las condiciones geoclimáticas que determinan la viticultura en esta región, al pie de los Andes: considerable altitud –entre 800 y 1000 metros sobre el nivel del mar–, suelos de composición variada –mayormente arcillo-calcáreos y pedregosos– lluvias escasas, elevada insolación y una importante amplitud térmica, que favorecen una lenta maduración de las uvas, lo que propicia su intensidad aromática, coloración y concentración polifenólica de los vinos Mendoza. 

Malbec, el corazón del vino argentino de mendoza

Desde entonces, la viticultura argentina ha ido otorgando a la malbec un papel cada vez más estelar. Aunque no fue hasta la década de 1980 cuando realmente se tuvo en cuenta el potencial de esta uva, especialmente en la zona alta del río Mendoza y en el Valle de Uco. En Agrelo y Vistalba (Luján de Cuyo) alcanza una óptima acidez, gran cuerpo y capacidad para el envejecimiento; en el Valle de Uco, elegancia, sutileza y color deslumbrante.

Aunque también hay buenos vinos tintos de malbec en otras regiones, en las alturas de Salta –la región vinícola más elevada del planeta, con viñedos plantados por encima de los 1.700 metros sobre el nivel del mar– esta variedad adopta un perfil más salvaje, profundo y oscuro. Y en los insospechados viñedos patagónicos (tanto en Neuquén como el valle de Río Negro), una finura y complejidad asombrosas.

Todos ellos, argumentos suficientes para la malbec, con su infinita negrura y expresiva sensualidad, se haya convertido en el corazón del vino argentino de Mendoza.

Los vinos de bodega séptima para descubrir los vinos Mendoza

Aquellos que quieran descubrir el singular hechizo de esta variedad tienen en 15 Bodegas una excelente oportunidad: Vinos Séptima, la bodega de la familia Raventós Codorníu asentada en Agrelo (Lujan de Cuyo, Mendoza) desde 1999, al pie de los Andes y a 1050 metros sobre el nivel del mar, ofrece una perspectiva de los matices diversos que puede expresar la malbec, acorde a las distintas técnicas de vinificación y crianza. 

Dentro de nuestro catálogo de 15 Bodegas, podrás encontrar Séptima Malbec un vino Mendoza tinto de perfil contemporáneo, sabroso y con gran tipicidad, una buena opción si buscas buenos vinos para regalar.

Séptima Obra Malbec apunta a la complejidad, intensidad y la excelencia, a través de una selección de parcelas con características excepcionales, que encontrarás disponible en nuestra tienda online los próximos meses.

Mientras que Séptima Gran Reserva es la sublimación de un vino Mendoza tinto de larga crianza, con la malbec secundada por dos variedades que contribuyen a una prolongada guarda, como son la cabernet sauvignon y la tannat. Una gran elección si buscas vinos tintos buenos para todos los bolsillos.