¿Qué es un vino de reserva?
Un vino Reserva es un vino de gran crianza que ha experimentado un proceso de maduración prolongado y meticuloso, que tiene que ser de un mínimo de 36 meses. Esto se consigue a través de un envejecimiento en barricas de roble y, a veces, en la propia botella o con una combinación de ambos procesos. El objetivo principal es alcanzar la máxima expresión del producto y que desarrolle una complejidad extraordinaria.
Cuando la crianza prolongada se efectúa en barricas de roble, el vino adquiere una serie de cualidades únicas. Son el fruto de interactuar con la madera, lo que va sumando olores y sabores a la estructura sensorial final, que destaca por su complejidad. Además, el proceso de oxidación lenta y controlada contribuye a suavizar los taninos y a aportar una textura más sedosa.
Si te preguntas por la duración del proceso, varía según el criterio del enólogo y el estilo del vino que busca lograr. En algunos casos, son necesarios varios años en barrica y un tiempo adicional en botella para que sea considerado vino de reserva. Actuar así es una práctica común en regiones vinícolas reconocidas y bajo estrictas regulaciones que aseguran una alta calidad final.
El resultado es un vino de carácter refinado y con capacidad para mejorar con el tiempo. Ten en cuenta que los vinos reserva suelen exhibir una intensidad aromática pronunciada, con notas complejas de frutas maduras, especias, vainilla y con matices terciaros. Son vinos equilibrados, con una estructura elegante y una persistencia prolongada.
¿En qué consiste la crianza Gran Reserva?
Un vino Gran Reserva es un vino de reserva de calidad excepcional y que ha sido sometido a un proceso de elaboración aún más largo. Como ocurre en el anterior caso, no hay un tiempo concreto, ya que su extensión depende de la Denominación de Origen. Por tanto, los requisitos no son los mismos, aunque, para que te hagas una idea, el periodo de crianza llega a ser de cinco años, de los cuales mínimo 18 meses son en barrica y el resto en botella para un vino tinto.
Asimismo, para conseguir los mejores resultados, se seleccionan las uvas de mayor calidad de cada cosecha. Al final, el trabajo realizado se convierte en un producto único y que es muy apreciado por el público. De hecho, las bodegas ponen todo su interés, conocimiento y arte a lo largo de toda la elaboración de un vino gran reserva. Gracias a ello, consiguen la aprobación de los entusiastas y aumentan su prestigio como productores.