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Legaris Peñaranda de Duero

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Tercera añada de nuestra colección de Vinos de Pueblo, en la que queremos expresar la riqueza y diversidad de la Ribera del Duero. En esta añada 2017 nos hemos desplazado hasta el precioso pueblo de Peñaranda de Duero, en Burgos, para mostrar un perfil de Ribera del Duero muy singular. A partir de unos pequeños viñedos ubicados en este pueblo, elaboramos este vino fino que traslada la tipicidad de esta región.

Premios

Añada 2017
2021
93 puntos
Guía Peñín
2021
91 puntos
James Suckling
2021
94 puntos
Tim Atkin MK - Ribera del Duero Report
2022
94 puntos
Guía Gourmets
2022
97 puntos
Guía de los 365 días (Vivir el Vino)
2022
97 puntos
Guía Proensa
Jorge Bombín
Enólogo de Legaris
Vista

Intenso color cereza picota madura con ribete violáceo oscuro.

Nariz

Sobresalen las notas de fruta rojo madura a los matices especiados de su permanencia en barrica.

Boca

Muestra un perfil fino y delicado, con una acusada frescura que mantendrá el equilibrio en el tiempo.

Variedades y análisis

Contiene sulfitos

15%

Volumen de alcohol (%)

D.O. Ribera del Duero

Denominación de Origen

Tinto fino

Varietal/Cupaje

Vino tinto

Tipo de producto

Apto para veganos
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La Bodega

Legaris es una de las bodegas referentes de la D.O. Ribera del Duero. Es una bodega innovadora que ofrece vinos boutique artesanales elaborados de forma moderna. Legaris yace en un territorio privilegiado, con una climatología única y exclusiva de la D. O. Ribera del Duero. El origen de sus vinos, la gran riqueza y variedad de sus suelos, una materia prima de calidad, y una vinificación meticulosa, han logrado que los vinos de Legaris expresen y ensalcen el carácter único de la zona.

Elaboración - Vinificación

Este vino ostenta una contraetiqueta genérica de Cosecha.

La fermentación alcohólica tuvo lugar en un pequeño depósito troncocónico de acero inoxidable. Se desarrolló de forma espontánea, con levaduras autóctonas, con el objetivo de  preservar la singularidad de esta zona. Nuestra intervención fue mínima (salvo frecuentes bazuqueos manuales) y la expresión de la uva es máxima. La fermentación maloláctica se realizó en un depósito cúbico de hormigón.
La crianza tuvo lugar durante 10 meses en barricas francesas de 500 litros. Posteriormente se realizó el coupage definitivo y con el fin de mantener su tipicidad se decidió embotellarlo en rama (sin clarificar y sin filtrar). En julio de 2019 se embotellaron 2.870 botellas numeradas de este vino.

Viñedo - Viticultura

Las edades de plantación de los viñedos oscilan entre 1930 y 1950.

Este vino ha sido elaborado exclusivamente con la variedad Tinto Fino, procedente de 3 pequeñas parcelas en vaso (Calderón, El Alto y 2 Enebros), que suman 1,3 Has. Las edades de plantación de los viñedos oscilan entre 1930 y 1950. Los suelos de estas parcelas de Peñaranda de Duero son mayoritariamente calcáreos, con zonas arenosas, arcillosas y limosas. Las altitudes de los viñedos se sitúan entre los 898 m y los 903 m.

Añada 2017
Un invierno más suave de lo habitual en esta región dio lugar a una brotación temprana, lo que auguraba un ciclo adelantado y una vendimia segura en septiembre, pero un drástico descenso de las temperaturas durante varias horas una noche a finales de abril condicionaron el curso del ciclo. Muchos brotes no sobrevivieron a esa helada y vaticinamos una disminución de la producción. Si bien la helada fue generalizada en toda la Denominación de Origen, nosotros constatamos que nuestras viñas de San Martín de Rubiales, en Burgos, se sobrepusieron mejor que las viñas ubicadas rodeando nuestra bodega de Curiel de Duero. El verano fue más caluroso de lo habitual y la sequía que arrastrábamos desde la primavera no remitía, lo que acentuó la dinámica de los últimos años: disparidad entre una madurez tecnológica cada vez más temprana y una madurez fenólica que en ocasiones parece muy difícil de conseguir. En Legaris comenzamos la vendimia del Tinto fino con casi 15 días de adelanto respecto a la vendimia precedente. Pese a ser una vendimia record en precocidad, pudo serlo mucho más si en septiembre se hubieran prorrogado las temperaturas de agosto, como nos temíamos. Pero en este caso las noches empezaron a refrescar, lo que nos permitió un leve respiro y nos garantizó poder preservar la acidez y moderar los grados alcohólicos. La sanidad, como no podía ser de otra forma en un año sin precipitaciones, fue perfecta. Los racimos y las bayas de Tempranillo en esta cosecha fueron "atípicos", mucho más pequeños de lo habitual, lo que se tradujo en vinos de elevada intensidad colorante y concentración.

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