Vol d’Ànima, antes conocido como Ànima de Raimat, es la culminación de nuestros primeros 100 años de historia. Los azulejos que visten su etiqueta son los mismos que lucen en las paredes del castillo de Raimat desde 1935, tras la reforma llevada a cabo a por el arquitecto Rafael Masó. Esta creación representa el alma de Raimat: un vino tinto joven, moderno, fresco, de cuerpo medio, con notas de cacao, elaborado con las 2 variedades tintas ecológicas que mejor expresan el terroir de la bodega: Garnacha negra y Syrah.
Color rojo picota con reflejos granates. Lágrima coloreada, abundante. Capa media. Limpio y brillante.
Abundan los aromas primarios a casis, cerezas y granos de granada. Notas balsámicas y florales, violetas. Toques de regaliz negro y coco recién cortado.
Agradable sabor dulzón al inicio de boca otorgado por el tostado del roble combinado con fruta madura. Buena estructura; taninos dulces y suaves pero de gran potencia. Se despliegan los balsámicos y frutos rojos de bosque . Final persistente.
La historia de Raimat se remonta a 1914, cuando Manuel Raventós i Domènech adquirió unas tierras áridas e infértiles en un entorno único, para convertirlas en lo que hoy en día son 2.245 hectáreas de viñedos 100% ecológicos certificados. Raimat es la expresión de los vinos de Lleida, una tierra reconocida por la calidad de su fruta, donde la continentalidad de su clima hace que la uva de esta finca dé vinos intensos y gustosos. La bodega ha sido pionera en tecnologías de cultivo y enológicas, con una apuesta clara por la viticultura sostenible y el respeto por la tierra y el entorno.
Se empieza con una vendimia nocturna para conservar los aromas primarios de la fruta.
Se empieza con una vendimia nocturna para conservar los aromas primarios de la fruta. Cuando la uva llega a la bodega, se enfría a una temperatura de 15 ºC. Una parte de la uva se vinifica buscando un perfil de vino más afrutado y fresco. Se consigue manteniendo la temperatura baja durante 24-48h y fermentando posteriormente a 25 ºC. La otra parte de la uva fermentó a temperatura más alta para conseguir mayor textura y complejidad en el vino. Estos dos estilos de vino unidos nos ofrecen un vino tinto joven, moderno, con mucha fruta y estructura en boca.
La escasa pluviometría favoreció una vendimia muy sana.
La escasa pluviometría favoreció una vendimia muy sana y saltos térmicos acusados para una buena maduración. El inicio del ciclo se retrasó, aunque las altas temperaturas durante la primavera y verano fueron igualando lo que podríamos considerar un ciclo normal. Noches frías, días cálidos y soleados, y ausencia total de lluvias; que nos permitieron esperar al máximo para conseguir uvas tintas con toda su madurez fenólica: taninos suaves, estructura y aromas intensos a frutas rojas.