¿Cómo se produce el vino con uvas congeladas?
Si la elaboración del vino convencional es un proceso concienzudo y metódico, la cosa se vuelve todavía más compleja y exigente cuando se trata de los vinos de hielo. Para que te hagas una idea de lo complicada que es su producción, te vamos a contar cómo se lleva a cabo.
La vendimia en invierno
Todo comienza en la época de la vendimia de la uva que tiene lugar de forma tardía, como en octubre. En lugar de cosechar todas las uvas, el vitivinicultor tiene que dejar una parte sin vendimiar, con esa es con la que se elaborará el vino si las condiciones lo permiten. Para esto, es primordial que las cepas estén en óptimas condiciones a fin de que, cuando llegue el frío, la fruta pueda resistirlo sin problema. Después, es cuestión de esperar a que las bajas temperaturas hagan su trabajo. En cuanto a las variedades de uvas empleadas, se hace el vino de hielo con gewürztraminer y con riesling, siendo esta última la más utilizada.
El momento de la segunda vendimia, y la que nos interesa, llegará cuando la temperatura se sitúe entre los 7ºC u 8ºC bajo cero durante varios días. Normalmente, esto ocurre en el mes de diciembre. Para más complicación, este proceso solo se puede hacer con las uvas de la primera helada. La vendimia de lo que es el vino de hielo se realiza durante la madrugada, cuando las uvas están completamente congeladas en la vid. La recolección debe ser rápida y manual, para evitar cualquier cambio en la temperatura que precipite su descongelación.
Prensado en frío
Las uvas se prensan inmediatamente, aún congeladas. Como ya hemos mencionado, dado que el agua permanece en estado sólido, se extrae un mosto altamente concentrado en azúcares, lo que da lugar a un vino con una gran intensidad y complejidad. Eso sí, como el proceso de prensado va aumentando la temperatura, muchas de las uvas se ven afectadas por el deshielo. Por este motivo, solo se aprovecha una pequeña parte del líquido.
Fermentación lenta
Debido al frío y a la alta concentración de azúcares en el mosto, la fermentación es un procedimiento que se desarrolla con mucha lentitud. De hecho, puede tardar hasta 3 meses en completarse. Para favorecer el arranque del proceso, los vitivinicultores lo que hacen es atemperar un poco el mosto.
Maduración y embotellado
Una vez finalizada la fermentación, el líquido está listo para madurar en barricas de madera. Finalmente, se embotella, dando lugar a un vino de color ámbar, brillante, limpio y con una gran concentración de aromas. Debido a su escasa producción, se suele embotellar en envases con una capacidad de 37 ml, en 15 Bodegas puedes encontrar este tipo de formato de vino en nuestro catálogo de vinos benjamín.