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Las nuevas tendencias del mundo del vino

Al igual que sucede en otros ámbitos, el mundo del vino también se mueve al compás de tendencias que determinan el auge de ciertas costumbres, tipologías, variedades, zonas productoras y caprichos variopintos, así como el declive de otros. Tras la grave crisis originada por la pandemia global, que llevó al sector del vino a replantearse muchos principios, el futuro se presenta como un horizonte esperanzador, en el que se abren las puertas a cambios y nuevas oportunidades. De allí que, hoy más que nunca, las nuevas tendencias se presenten como un cambio de hábito para un futuro mejor.

 

La expansión de la viticultura ecológica, el descubrimiento de las variedades minoritarias, los vinos de pueblo, los cavas de Paraje Calificado, los rosados de perfil complejo y la consolidación del enoturismo constituyen las nuevas tendencias del mundo del vino.

Vinos bio: viticultura ecológica para todos

La concienciación del sector vinícola por la sostenibilidad medioambiental ya no tiene vuelta atrás, por muchas pandemias que nos afecten. Porque el auge de reconversión de los viñedos globales a los métodos de cultivo ecológico, el interés por los principios de la biodinámica y la voluntad de reducir el uso de sulfuroso hasta dosis mínimas son principios que han abrazado ya no solo aquellos pequeños viticultores que seducen a winelovers con cuvées de producción minoritaria, sino también bodegas tradicionales, grupos familiares e incluso multinacionales que poco a poco se han convencido de la necesidad de apostar por una viticultura sostenible. Sensibles a esta coyuntura, en 15 Bodegas se han adoptado iniciativas e incorporado vinos con certificación ecológica a su gama durante los últimos años, tal como refleja la oferta que incluye nuestra tienda de vinos online en la categoría de vinos ecológicos.

 

Tras el obligado paréntesis temporal por la pandemia, las bodegas de la geografía española han vuelto a abrir poco a poco sus puertas y el enoturismo es tendencia.

Descubrir las variedades menos conocidas

La epidemia de filoxera, que llegó al viñedo peninsular en 1877, la industrialización de la agricultura durante el siglo XX y la incorporación de variedades foráneas son algunos de los factores que han contribuido a la drástica reducción del patrimonio varietal de este país: de las 2.456 variedades de uvas (incluyendo sinonimias) que se cultivaban en España antes de la filoxera, hoy solo perviven 178. Pero, así como en los últimos años el auge de las uvas tradicionales ha ido cobrando cada vez más relevancia en el vino español –godello, verdejo, albariño, garnacha y tempranillo son las variedades preferidas entre los consumidores–, llega el momento de redescubrir otras menos conocidas, de presencia minoritaria, que parecían destinadas al olvido, pero son capaces de enriquecer el abanico varietal de sus respectivas comarcas con nuevos matices, aromas y sensaciones. Estas pequeñas joyas aparecen por doquier en diversos rincones del viñedo de este país. Los viticultores más veteranos ya las conocían, pero para los aficionados son una agradable sorpresa que vale la pena compartir. Por eso las variedades autóctonas menos conocidas han cobrado fuerza hasta convertirse en tendencia. 

 

En el catálogo de 15 Bodegas hay alternativas interesantes para los que quieran aventurarse a descubrir estos tesoros secretos. Como la tinta trepat, variedad emblemática de la D.O. Conca de Barberà, que adquiere protagonismo en el Abadia de Poblet Tinto 2016. O el Raventós de Alella Pansa Rosada 2019, fragante rosado elaborado al 100% con pansa rosada, una singular uva autóctona de la comarca del Maresme, que presenta una coloración muy tenue y delicada acidez. Incluso en una región vinícola tan conocida como Rioja, Viña Pomal también sorprende con dos blancos de variedades muy minoritarias: Viña Pomal Maturana Blanca 2017 y Viña Pomal Tempranillo Blanco Reserva 2015.

 

Vinos rosados serios y complejos

Durante décadas, el vino rosado ocupó en España el escalafón más bajo. Salvo excepciones, respondía a un modelo de color brillante y llamativo, y sabor dulzón, a golosina de fresa, más adecuado para pseudoabstemios que para los aficionados al vino. No tenía más ambición que ser la bebida destinada a los chiringuitos de la playa. Más recientemente llegó la moda de los rosés al estilo provenzal, casi traslúcidos, efímeros y –muchas veces– también insípidos. Ahora por fin algunos bodegueros y viticultores inspirados se han empecinado en dar a luz rosados serios y complejos. Elaborados a partir de parcelas seleccionadas por la calidad y el carácter específicos de sus uvas, se vinifican con primor y pasan a menudo por barrica para pulir su personalidad. Son rosados que merecen también la guarda, como los buenos blancos y los grandes tintos.

 

En la oferta de vinos rosados de 15 Bodegas destaca especialmente, por su singularidad, Scala Dei Pla dels Àngels, monovarietal de garnacha de viñas de altura.

 

Vinos de pueblo y cavas de Paraje Calificado

Las Denominaciones de Origen vinícolas de España han reaccionado a la hora de adecuar sus estatutos y calificaciones a la exigencia que requiere el salto cualitativo que desde hace unas décadas están experimentando los vinos de este país. Con una calidad media razonablemente alta establecida y afianzada, ya no se trata de certificar sin más un origen genérico. Muchos consumidores quieren ir más lejos para valorar la calidad: ya no les vale con saber que un vino es de una u otra región, quieren conocer la procedencia con mayor precisión: saber también cuál es el pago, la viña, paraje o pueblo, un factor determinante en la identidad, carácter y calidad del vino.

 

En los últimos tiempos, algunas D.O., como Bierzo o Rioja han dado una repuesta a esa demanda, modificando sus calificaciones. En el caso de Bierzo, a partir de la añada 2017, el etiquetado se ajusta a una zonificación "a la borgoñona" que distingue oficialmente vinos regionales de aquellos de villa, de paraje y viñedos concretos. Por su parte, la D.O.Ca. Rioja, ha incluido en sus estatutos los vinos "de zona", "de municipio" y "viñedo singular", con el fin de dar valor a la diversidad del terruño. El nuevo vino de Bodegas Bilbaínas, Viña Zaco, nace bajo una de estas nuevas nomenclaturas, siendo además el primer vino de viñedo singular de Haro. La nueva clasificación de la D.O.Q. Priorat, presentada en 2019, tiene carácter piramidal –es similar a la de Bierzo– e incluye, además de los vinos genéricos, Vi de Vila, de Paratge, Vinya Classificada y Gran Vinya Classificada. En 2020, el Consejo Regulador de la D.O. Cava también aprobó una nueva zonificación y segmentación cualitativa, que determina cuatro zonas con sus respectivas subzonas, considerando características climáticas, orográficas, históricas o humanas específicas que las justifican. Estos mismos criterios son los que distinguen los 8 cavas de Paraje Calificado, que resultan de la identificación de las parcelas que lo componen (como Ars Collecta Paraje Calificado La Fideuera y Ars Collecta Paraje Calificado El Tros Nou 2009). En otras D.O., donde no existen oficialmente calificaciones de este tipo, algunas bodegas y viticultores trabajan distinguiendo parcelas para elaborar "vinos de pueblo" con criterios de viñedos únicos. Es el caso de Legaris, que cuenta en la D.O. Ribera del Duero con varios vinos de este tipo en su gama, como Legaris Alcubilla de Avellaneda.

 

Enoturismo: vino y experiencia

Aunque en España el turismo del vino ha tardado más en desarrollarse que en otros grandes países productores, como Francia o Italia, las condiciones que tiene este país para vincular otros aspectos de interés –gastronomía, paisaje, turismo cultural, etc.– a su rica tradición vinícola ha permitido que en los últimos años muchas bodegas y regiones productoras hayan dinamizado sus propuestas en el campo del enoturismo. Para los aficionados, con mayor o menor conocimiento en la cultura de esta bebida, la oportunidad de conocer las bodegas, participar en actividades en las viñas, recorrer los paisajes vinícolas y degustar los vinos a pie de barrica, junto a quienes los elaboran, es una experiencia sin parangón. Que contribuye, además, a difundir la pasión por el vino. Tras el obligado paréntesis temporal por la pandemia, las bodegas de la geografía española han vuelto a abrir poco a poco sus puertas y el enoturismo es tendencia. Codorníu, Raimat, Bodegas Bilbaínas, Scala Dei o Legaris son algunas bodegas que invitan a vivir experiencias únicas.