Origen, variedad de uva y método de elaboración distinguen los rasgos de los nuevos rosados que han revolucionado el panorama del vino.
Como un vino blanco de uvas tintas
Exceptuando este proceso de maceración, el resto del proceso de la elaboración de los vinos rosados es semejante al de los vinos blancos, con la diferencia de que en el caso de los rosados se emplean uvas tintas.
Este proceso incluye los siguientes pasos, una vez que la uva ha sido vendimiada, transportada, descargada y estrujada:
Prensado
Dependiendo de la presión que se ejerza sobre las uvas, los mostos serán de mayor o peor calidad. El mejor es el mosto yema (o flor), que se obtiene por la presión natural de unos racimos sobre otros.
Desfangado
Se realiza por reposo y decantación para separar el mosto de las partes herbáceas.
Fermentación
En esta fase los azúcares del mosto se transforman en alcohol, con la intervención de las levaduras (que pueden ser "autóctonas" o añadidas).
Trasiegos
Es el proceso por el que se trasvasa el vino de un recipiente a otro, para retirar los restos sólidos.
Clarificado
Se lleva a cabo para que el líquido no tenga un aspecto turbio. En los vinos rosados se suele emplear para ello la albúmina de leche (caseína).
Filtrado
Otra alternativa para eliminar las impurezas y contribuir a que el vino presente un aspecto más cristalino; en este caso, se suele utilizar una membrana que filtre las pequeñas partículas.
En algunos casos, el proceso se completa con estos dos pasos:
Fermentación en barricas
Para favorecer la complejidad, la fermentación tiene lugar en recipientes de madera, que aportan una microoxigenación adicional, mientras que la presencia de lías (levaduras muertas, restos vegetales, ácidos no solubles y otros sedimentos) enriquece la expresión aromática del vino.
Crianza en barricas
No es muy habitual en esta tipología, pero hay excepciones en las que el vino se conserva en barricas –generalmente de formato bordelés: 225 litros– durante un período que suele extenderse entre tres meses y un año. El contacto entre el vino y la barrica produce efectos variados: fusión de taninos, matices especiados y notas tostadas… y en teoría debería favorecer la longevidad del vino.
Si se trata de un vino con fermentación y/o crianza en barricas, el reposo durante unos meses en botella antes de salir al mercado suele ser habitual. En caso contrario, si es un vino rosado joven de nueva añada, suele salir de bodega sin más demora.
15 Bodegas dispone de una amplia gama de vinos rosados, de perfil diverso, con alternativas que permiten apreciar los diferentes matices que ofrece esta tipología, dependiendo de la procedencia, variedad y método de elaboración. ¿Te animas a probar alguno? Entenderás por qué los rosados tienen cada vez más adeptos.