Para degustar un buen vino y que este mantenga un estado óptimo mientras está almacenado, es imprescindible que no descuides la forma de conservar el vino en tu hogar. En este artículo te brindaremos algunos consejos para que cada vez que abras tus botellas puedas disfrutar de vinos en las mejores condiciones.
¿Por qué es necesario cuidar la conservación del vino?
Aunque lo primero que a todos nos gusta es que el vino se sirva bien presentado en la copa de vino que corresponda según el tipo y en cubiteras elegantes, el sabor y la textura son los protagonistas a la hora de la cata. Por ello, si guardas las botellas de vino, por ejemplo, junto al microondas o la nevera, deberás tomar medidas porque de lo contrario es probable que el mágico momento de abrir una botella de vino y deleitar a tu paladar se vea truncado.
Es fundamental que sepas que al vino hay que mimarlo. Piensa que, aunque esté embotellado, sigue madurando y evolucionando, y, por tanto, precisa de unas condiciones ambientales adecuadas para su conservación, de modo que al descorcharlo se encuentre en su punto óptimo.
Hay que mimar al vino para que al descorcharlo se encuentre en su punto óptimo.
Recomendaciones para conservar el vino en casa
Está claro que tener una vinoteca climatizada en casa sería lo ideal, pero si no tienes espacio o si de momento no entra en tus planes comprar una, no te preocupes. En las siguientes líneas encontrarás varios trucos para mantener la calidad del vino en tu hogar con resultados satisfactorios.
Ojo con los cambios bruscos de temperatura
Si no quieres que tus vinos se echen a perder, debes tener en cuenta que el vino debe estar a una temperatura constante entre los 12 ºC y los 16 ºC. Debes evitar almacenar las botellas en lugares en los que haya subidas o bajadas drásticas de temperatura. Te recomendamos que, a ser posible, almacenes las botellas en una bodega, sótano o trastero, y siempre lejos de calefacciones o aires acondicionados. Además, es una buena idea colocar un termómetro cerca de los vinos para supervisar la temperatura.
Controla la humedad ambiental
Elige siempre un lugar fresco y con una humedad que se encuentre entre el 70 % y el 80 %. Así, el corcho se mantendrá en perfectas condiciones y ni se secará ni se humedecerá. ¿Por qué es tan importante que el corcho permanezca en buen estado? Porque si el corcho se seca, el tapón podría encogerse y sería muy fácil que entrara aire en la botella y se produjera la oxidación prematura del vino. Si, por el contrario, el corcho se humedece, se darían las condiciones adecuadas para que apareciesen el moho y los molestos hongos y se estropearía el vino con facilidad.
Para saber si el sitio de almacenamiento mantiene la humedad óptima te aconsejamos que utilices un higrógrafo y lo deposites al lado de las botellas. De esta forma, tendrás bajo control el estado de tus vinos y podrás tomar medidas en caso de que la estancia experimente grandes cambios de humedad.
Evita la luz directa
La exposición directa a la luz, tanto natural como artificial, acelera la degradación de los vinos y favorece reacciones químicas como la oxidación, con la consiguiente pérdida de calidad. Busca un lugar oscuro para su almacenamiento siempre que puedas. No obstante, si no es posible, guarda las botellas en muebles cerrados o compra vinos que vengan empaquetados en cajas o estuches.